En colaboración con Lloyd’s, KPMG publicó un estudio que aborda un asunto clave y cada vez más urgente: la protección de los activos intangibles. Desde la reputación de marca hasta algoritmos y propiedad intelectual, lo que no se ve pero crea valor representa hoy más del 80% del valor de las empresas cotizadas. Sin embargo, seguimos operando —y asegurando— como si lo que importara fueran solo las fábricas, la contabilidad y los stocks. En esta entrada del blog, recogemos las claves del informe y las conectamos con nuestras prácticas para medir y valorar lo intangible con criterio económico, metodológico y asegurable.
El gran desequilibrio: ¿y si los intangibles son lo más valioso… pero lo menos protegido?
El informe de Lloyd’s y KPMG parte de un dato revelador: en los últimos 30 años, la proporción del valor empresarial atribuible a activos intangibles ha crecido de forma exponencial. Hoy, en sectores como el tecnológico, el farmacéutico o el financiero, más del 85% del valor de mercado proviene de elementos no físicos: datos, software, contratos, marca, know-how, relaciones clave…
Sin embargo, menos del 20% de estos activos cuentan con algún tipo de protección aseguradora, mientras que los activos tangibles sí están cubiertos en más del 60% de los casos. Este desajuste no solo representa una brecha de riesgo, sino una desconexión entre lo que vale y lo que se gestiona.
Las claves del informe: riesgos, barreras y soluciones
El estudio identifica tres grandes barreras para asegurar los intangibles:
- Dificultad para valorar el intangible. Sin métricas fiables ni metodología, los activos no se pueden asegurar ni monetizar.
- Falta de estandarización. No hay criterios homogéneos para definir o clasificar intangibles entre sectores, países o aseguradoras.
- Desconocimiento mutuo. Ni las aseguradoras entienden del todo el impacto real del intangible, ni las empresas saben comunicarlo o evaluarlo adecuadamente.
Como soluciones, KPMG y Lloyd’s proponen avanzar hacia:
- Modelos de valoración más sólidos, como los que usamos en COFI con base en capital intelectual, frameworks internacionales, flujos descontados, análisis de innovación comparables y benchmarking.
- Auditorías de activos intangibles que permitan generar un “mapa asegurable” del valor.
- Colaboración entre consultoras, aseguradoras y empresas para construir puentes entre lo económico, lo estratégico y lo jurídico.
¿Y si la valoración de activos intangibles fuera también una herramienta de mitigación de riesgo?
En COFI venimos defendiendo que valorar los intangibles no es solo ponerles un precio, sino también convertirlos en argumentos de negocio: para levantar capital, justificar un valor ante terceros… o contratar una póliza que los proteja.
Metodologías como Futurlytics®, nuestro framework de análisis, permiten identificar más de 140 activos intangibles, calcular su peso en el valor de la empresa, y entender qué parte está capturada, qué parte está en riesgo y qué parte se puede potenciar.
Conclusión
El informe de KPMG y Lloyd’s nos recuerda que, en la economía del conocimiento, lo intangible no es un lujo o una aspiración teórica. Es el centro de gravedad de la creación de valor. Pero para que pueda gestionarse, necesita ser identificado, medido y protegido. Y ahí es donde empieza nuestro trabajo.