Un cambio de era: de los activos físicos al conocimiento como motor económico
El mundo empresarial está viviendo un punto de inflexión silencioso.
Hace 50 años, las empresas más valiosas del mundo eran industriales: su valor residía en fábricas, maquinaria o inventario.
Hoy, según el Financial Times, el 90% de los activos del S&P 500 son intangibles: propiedad intelectual, marca, software, datos, talento y redes de confianza.
La inversión global se ha desplazado hacia lo invisible.
Las empresas no compiten por capacidad de producción, sino por capacidad de aprender, innovar y generar confianza.
El valor ya no se ve: se demuestra.
La economía intangible: el nuevo patrón de valor
El informe de KPMG “Horizonte 2030” confirma que más del 80% del valor empresarial en Europa procede de activos intangibles.
Y no se trata solo de tecnología: hablamos de capital humano, estructural y relacional —todo aquello que permite que una organización piense, ejecute y se conecte mejor que sus competidores.
En Estados Unidos, esta transformación ha dado lugar a una nueva lógica de mercado.
Las empresas que dominan la inversión intangible (Apple, Google, Microsoft, Amazon…) concentran el crecimiento y la rentabilidad.
Son negocios donde el conocimiento escala mejor que las fábricas.
Qué buscan ahora los inversores
Según Expansión y los últimos informes de AEBAN y Affinity, los inversores están redefiniendo sus criterios.
Ya no miran solo el EBITDA o la proyección de ingresos: buscan modelos escalables (26 % de peso en la decisión), equipos sólidos (24 %), tamaño de mercado (16 %) y capacidad de adaptarse (13 %).
Es decir, casi todo lo que determina la inversión tiene naturaleza intangible.
Los fondos saben que la sostenibilidad del crecimiento depende del talento, la propiedad intelectual, la cultura de ejecución y la red de confianza que rodea a la empresa.
Por eso, quienes logran medir y comunicar esos activos invisibles llegan a las rondas con más credibilidad y mejores condiciones.
De las finanzas al valor estratégico
Las finanzas no son control, son dirección.
El CFO moderno no se limita a reportar: traduce la estrategia y los intangibles en evidencia verificable.
Integrar estos activos en la narrativa financiera no solo mejora la valoración, sino que transforma la conversación con inversores, auditores y banca.
En palabras de Chris Tottman (Notion Capital): «Los inversores no necesitan publicidad. Necesitan evidencia».
Y la evidencia, en esta nueva era, se construye midiendo lo invisible.
El valor de las relaciones y la confianza
El informe Affinity 2025 lo define claramente: la información relacional, quién confía en quién, qué ecosistema te respalda, cuántos lazos estratégicos tienes, se ha convertido en un activo medible.
Las firmas que gestionan sus datos de relación cierran acuerdos un 25 % más rápido.
La confianza ya no es subjetiva: es un activo relacional con retorno económico.
Conclusión: el futuro de la valoración está en lo que no aparece en el balance
Las empresas que aprendan a identificar, medir y demostrar sus intangibles tendrán una ventaja estructural en el nuevo ciclo económico.
Los inversores ya han cambiado de idioma: hablan en términos de escalabilidad, cultura, IP, datos y red.
En COFI Solutions ayudamos a traducir ese lenguaje en cifras, evidencias y decisiones estratégicas.
Porque la valoración empieza cuando se acaba el Excel.




